El Mercadillo de Las Dalias cumple 40 años
NUESTRAS RAÍCES, NUESTRO FUTURO

Hace 40 años, un 14 de febrero de 1985, nació en Las Dalias un pequeño mercadillo hippy con solo cinco puestos. La idea, impulsada por Juanito y Helga Watson-Todd, no solo dio vida a un mercado aquel día de San Valentín, sino que plantó la semilla de lo que, con el tiempo, se convertiría en el alma de Las Dalias.

En los años 80, Las Dalias tuvo que reinventarse. Hubo intentos fallidos, pero también grandes aciertos. Uno de ellos fue la apertura de una galería de arte junto a Helga Watson-Todd, quien ya gestionaba El Mensajero en Santa Eulària. Aunque su éxito económico fue efímero, dejó una huella imborrable y marcó el inicio de una conexión inseparable entre Las Dalias y el arte, que hoy sigue viva con iniciativas como LiberArte o el Jardín Artístico.

Hoy, cuatro décadas después, el mercadillo es un referente cultural y turístico de Ibiza, un lugar donde más de 80 nacionalidades se entrelazan en una fusión de arte, música, aromas y energía. Lo que comenzó con unos pocos puestos pronto tuvo que expandirse, ocupando el antiguo huerto y los corrales del padre de Juanito. Nadie imaginaba entonces que este rincón bohemio llegaría a ser un espacio donde cada sábado (y en verano, también las noches de domingo, lunes y martes) miles de visitantes buscan algo más que artesanías: buscan una experiencia, una historia, un trozo de la Ibiza más auténtica.

El secreto de su éxito no es fácil de definir, pero basta recorrer sus pasillos para entenderlo. Aquí cada rincón cuenta una historia: la de los artesanos que crean con sus manos, la de los músicos que llenan se expresan con su música en directo, la de los turistas que encuentran en este mercado un crisol de culturas que lo representan. En estos 40 años, el mercadillo de Las Dalias ha sabido evolucionar sin perder su esencia, incorporando novedades como los Night Market, la expansión a Madrid y Ámsterdam con Las Dalias on the Road y Las Dalias Around the World, una iniciativa que invita a conocer las raíces de su comunidad global y que tuvo este año su primera parada en Guatemala.
Cuatro décadas después, el mercadillo continúa latiendo con la misma intensidad que en sus inicios. Mantiene vivo su espíritu libre, su pasión por la creatividad y esa magia única que lo ha transformado en un destino esencial para quienes desean experimentar la auténtica esencia de Ibiza.
Cada semana, en temporada alta, más de 35.000 personas recorren sus pasillos y casi 400 familias encuentran en él su sustento. Una comunidad, una tradición, un legado que sigue creciendo sin perder su alma.